Desafortunadamente, el bullying es un tema que ha estado de moda por mucho años ya, y decimos desafortunadamente porque el que no haya dejado de ser un tema tan recurrente se debe a que está lejos de ser erradicado de las escuelas.
El acoso escolar se refiere al maltrato, ya sea físico o verbal, reiterativo e intencionado que un estudiante ejerce sobre otro. Existen diferentes tipos de maltrato y para poder acabar con el problema primero es necesario saber reconocerlos.
Es importante ser directos con el tema y no esconder las consecuencias. El acoso escolar implica a un abusador y un abusado, el primero, sin aparente intención, incurre en insultos, vejaciones, maltrato físico, amenazas y demás ofensas para tener al otro alumno bajo su dominio. Una situación como ésta puede llegar a durar años y es muy común que la víctima lo mantenga en completo silencio. Cuando se establece una dinámica de este tipo, el alumno que está siendo abusado experimenta miedo, dolor y angustia, situación que le puede llevar hasta el suicidio.
Los expertos han identificado que en este tipo de relaciones se hacen presentes tres componentes: la víctima percibe un desequilibrio entre él y el abusador, este puede ser real o solamente identificado por el agredido; la agresión la comete una persona o un grupo contra un estudiante en situación vulnerable y, por último, el maltrato es reiterado y constante.
Ante la magnitud del problema, es necesario que todas las personas que ejercen algún tipo de influencia sobre el niño se esfuercen en prevenir una situación de este tipo.
Son todas las agresiones cuerpo a cuerpo; patadas, golpes, rasguños y demás. Estos, además de dejar un rastro en el cuerpo, frecuentemente van acompañados de robos u otro tipo de daños a las pertenencias de la víctima.
Este es seguramente el más común de todos, especialmente porque no deja rastros exteriores que un tercero pueda identificar. Las vejaciones de la que el alumno es víctima terminan por hacerle sentir humillación y vergüenza ante sus demás compañeros, especialmente por la impotencia que la situación le produce. El acoso verbal tiene fuertes consecuencias sobre el autoestima de las víctimas.
El abuso psicológico consiste en amenazas u otro tipo de formas de presión que el acosador ejerce sobre la víctima. En este tipo de acoso puede no llegar a haber una agresión como tal, pero no por ello la víctima deja de sentir temor o angustia. Muchas veces se orilla a los jóvenes a cometer acciones que no quieren.
Este tipo de acoso escolar consiste en la exclusión que una o varias personas hacen sentir a otro miembro. Este tipo de bullying no implica necesariamente agresiones, simplemente puede consistir en ignorar a la víctima para que sienta que no forma parte del grupo.
Ante la gravedad del problema, es necesario señalar acciones puntuales que tú, como madre o padre de familia, puedes implementar para impedir que el problema siga creciendo. A continuación te daremos ocho prácticas concretas que te serán de gran ayuda para identificar si tu hijo está padeciendo este problema y cómo afrontarlo.