El proceso educativo ha cambiado mucho de unas décadas a la fecha. Esto se debe, en gran parte, a que se ha dejado de ver al alumno como una cifra en un conjunto homogéneo  de estudiantes y se le ha empezado a ver como un individuo. Es por esta razón que los valores han cobrado un papel tan relevante dentro de la formación académica.

De poco sirven los conocimientos si no se utilizan para hacer el bien. Esta es una idea que siempre tenemos presente en el Rogers Hall y hemos diseñado una metodología que pretende abarcar el lado humano de nuestros estudiantes.

Por valores nos referimos tanto a esas prácticas que hacen del individuo una buena persona a nivel individual, como a aquellos que buscan generar un sentido de pertenencia. Estos últimos buscan, en última instancia, formar seres humanos que persigan el bien de todos, no solo el propio.

Valores fundamentales

En primera instancia, los estudiantes deberán poseer una fuerte base de valores para actuar con el bien siempre en mente. Este tipo de valores son los que se inculcan desde la casa, el respeto, la honestidad, la tolerancia y mucho otros que tienen que ver con el aspecto más humano de la persona.

Estos, sin duda alguna, son fundamentales para poder construir, a partir de ellos, una formación integral en los estudiantes, pero no son todos.

Valores para el colectivo

Este tipo de valores, que se podrían englobar dentro de la etiqueta de libertad responsable, se refieren a aquellos que hacen que las acciones personales estén orientadas hacia el bien común.

En primer lugar, esto se refiere a que sean ciudadanos conscientes, que participen en su comunidad y contribuyan a formar una democracia verdaderamente representativa, que fomente la equidad para todos.

A esto se llega a través de una conciencia social plenamente desarrollada, que lleve a los alumnos a entender la importancia de los derechos y poner un granito de arena en la búsqueda de su cumplimiento.

Todo lo anterior, aunado al aspecto estrictamente profesional, debe producir personas que cumplan de buena forma sus funciones dentro de la sociedad, a la vez que buscan el bien para los suyos.

En el Rogers Hall tenemos muy claro el papel de los valores dentro de la formación. Por esta razón empleamos una metodología en la que se incluyen numerosas actividades, tanto curriculares como extracurriculares, cuyo objetivo es formar al alumno de manera integral, para que regresen a su comunidad un poco de lo que ésta les ha dado.