Cuando un padre de familia elige la escuela para sus hijos, no sólo está buscando la acumulación de conocimientos y la enseñanza de las materias básicas en un programa educativo. Una escuela también definirá los valores, el carácter y la personalidad de un ser humano, enseñanzas que muchas veces no se pueden seguir en un plan de estudio o reflejarse en una boleta de calificaciones.
En el Rogers Hall, nos preocupamos porque nuestro sistema educativo ofrezca a cada estudiante un excelente nivel académico, pero también buscamos que todas las acciones de profesores, administrativos y estudiantes ayuden a construir el valor que desde siempre ha distinguido a nuestro colegio: la libertad responsable.
Educar en libertad significa lograr que cada persona sea capaz de elegir, con plena independencia, lo mejor para desarrollar todos los aspectos de su personalidad. Y, aunque esta idea puede parecer sencilla, todos los días somos testigos de cómo nuestra sociedad ha distorsionado este concepto.
El valor de la libertad responsable busca inculcar en nuestros niños que su bienestar no puede estar completo sin el bienestar de su comunidad. Elegir de forma consciente el bien de toda una sociedad es el máximo logro al que puede aspirar un ser humano.
Ser responsable es conocerse a sí mismo y a los demás para poder tomar las mejores decisiones. Al inculcar la libertad responsable, dejamos de entenderla como:
Una educación integral, tanto en la escuela como en el hogar, debe ayudar a nuestros niños a reconocer la diferencia entre una orden justa y un mandato que no busca su bienestar. En nuestra escuela, estamos convencidos de que el mundo no necesita personas sumisas, que obedezcan órdenes sin reflexionar. Por ello, nuestro modelo educativo no busca imponer disciplina a través del castigo, sino estimular la autonomía del niño para que comprenda el sentido de las reglas y las siga por convicción propia.
Una escuela no es una cárcel. Todos los años, al recibir a nuestros estudiantes, buscamos que reconozcan en la escuela un lugar donde puedan sentirse seguros, libres y valorados. En el que sus opiniones sean escuchadas y sus cuestionamientos sean tomados en cuenta. Sabemos que nunca podremos enseñar a nuestros niños todos los conocimientos que nos gustaría que adquirieran, por eso, más que ofrecerles todas las respuestas, queremos que nunca dejen de hacerse preguntas.
Todos los días, en el Rogers Hall, nos esforzamos para que cada niño descubra y desarrolle sus más preciados talentos y habilidades, por que estamos completamente convencidos de que educar en la autonomía y la disciplina puede hacer realidad, en su sentido pleno y significativo nuestro lema:
La verdad nos hace libres.