La escuela es un espacio donde padres de familia, maestros y estudiantes participan para un desarrollo integral educativo, por esta razón contar con profesionales de psicología que aporten una orientación y soporte efectivo en este proceso se ha convertido en un factor clave.
El papel de los psicólogos en estas áreas como facilitadores de los procesos educativos, favorece a que la suma de esfuerzos se refleje, no sólo en un mejor rendimiento escolar de los alumnos, sino que los involucrados en su formación los ayuden a reforzar sus capacidades y valores en todos los ámbitos de su vida.
La intervención de los psicólogos en una escuela puede ir encaminada a líneas de acción específicas, con el propósito de enfocarse en cada situación con base en su contexto y características:
Prevención y diagnóstico: El departamento de psicología puede trabajar con el alumno o un grupo para evaluar y diagnosticar las necesidades educativas, así como proponer soluciones para atenderlas.
Implementación de programas psicoeducativos: El aporte de los psicólogos en la construcción del plan educativo enriquece la labor de los profesores en el aula, favoreciendo un desarrollo integral y la mejoría del desempeño escolar.
“La psicología, a diferencia de la química, álgebra o literatura, es un manual para tu propia mente. Es una guía para la vida” - Daniel Goldstein
El vínculo entre los profesores, padres de familia y los profesionales de un departamento de psicología permiten crear estrategias a favor de una buena adaptación de los estudiantes en su entorno escolar y familiar.
Por ejemplo, la apertura de talleres o actividades sobre comunicación y autoestima, son una manera dinámica de fomentar dichos aspectos y aprender a manejarlos en una etapa llena de cambios como la adolescencia.
Contar con un área especializada en la materia es una oportunidad para trabajar en equipo dentro de la comunidad educativa y así, fortalecer los valores y herramientas que ayudan a los jóvenes a construirse un futuro de éxito.