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Carta de un Ex Alumno Rogers Hall

Escrito por Colegio Rogers Hall | 30-ago-2019 15:51:25

Querido Rogers:

Hoy me encuentro en tus pasillos después de doce años de no verte. Me alegra ver que los principales cambios no han sido en tu enfoque hacia la vida, e incluso conservas rostros que me son familiares debido a su enorme dedicación por lo que hacen.

Quién diría que hoy me tocaría volver a ti como un profesionista, como alguien apasionado en su trabajo que ha logrado llegar a donde está gracias a la educación que tuve desde pequeño.

Es probable que con el paso del tiempo uno vaya olvidando situaciones específicas, pero no puedo evitar tener un golpe de nostalgia mientras visito tus aulas y me recuerdo junto con mis amigos riendo en esos mismos lugares.

¿Sabes? La vida en Rogers me ha dejado a muchas de las personas más valiosas de mi vida, como mis mejores amigos y mi futura esposa. Creo que los vínculos que formamos desde pequeños son los más fuertes, y en el Rogers aprendimos a conocer, entender y valorar a cada ser humano con el que compartimos experiencias.

Creo que los años me han servido para valorar ciertas cosas. Cuando era joven, siempre me apoyaste a mí y mis compañeros para desenvolvernos en la vida. ¿Recuerdas cuando en preparatoria armamos nuestra propia banda y nos presentamos en la semana de la ciencia? Quizá nunca fuimos capaces de concretar un nombre para el grupo, pero te prometo que nos diste la confianza necesaria para seguir intentando hacer realidad nuestros sueños. 

Hoy en día tengo mucho que agradecerte. No solamente las grandes aventuras que vivimos en aquellas excursiones grupales, o el que lograras que de niño yo consiguiera ser un modesto pero dedicado deportista que no terminaba de decidirse por el fútbol, el básquetbol o la natación.

Mi agradecimiento también va por algo que no es visible ni palpable, pero que incluso las personas que amo reconocen. Me refiero a mi humanidad.

Gracias por permitirme ver el mundo completamente, por involucrarme con las personas y por hacerme ver claramente cuando me encontraba equivocado. Valoro tu esfuerzo, y agradezco que tú siempre valoraras el mío.

Actualmente trabajo en una agencia de Marketing, y amo mi trabajo. Me he esforzado en mis estudios y me rodeo de personas que comparten la misma visión que yo tengo de la vida. Me atrevo a decir que he tenido éxito, y no me refiero solamente a lo profesional.

Vaya que en mi vida han rendido fruto todas aquellas actividades de integración que nos enseñaste desde chicos. El compañerismo que aprendí a dominar desde niño ha predominado en mi trabajo, y me ha permitido tener relaciones más fuertes con las personas que me rodean.

Y creo que este es el principal sentido de la vida. Si bien agradezco que la excelente educación y la de mis amigos ha logrado que nos posicionemos donde todos nos encontramos hoy, creo fervientemente que el éxito no se limita a la cúspide laboral, sino a la felicidad que logramos alcanzar en la vida.

Caminar por tus pasillos nuevamente ha traído pensamientos a mi cabeza, y me hace meditar un poco sobre qué es lo que nos hace ser quienes somos.

¿Serán acaso los genes? ¿Quizá los astros o la luna en creciente cuando nací? O somos el resultado de miles de interacciones humanas.

Yo creo que somos la respuesta, lo que queda después de que alguien o algo más impacte en nuestra vida. Quizá la principal variable no sea el entorno de forma física, tal vez sean las conexiones personales que nos permitimos crear y desarrollar desde pequeños.

Gracias, Rogers, por ayudar a crear este ser humano que reconozco en mí. Estoy feliz por ser quien soy, y por lo que la vida me ha permitido vivir.

Estoy seguro que mis hijos amarán estudiar aquí.

 

Atentamente

Carlos Rico

Ex alumno del Rogers Hall