Ser padres es una tarea que conlleva grandes retos, y muchas veces, con el ritmo agitado de nuestras vidas pasamos por alto ciertas palabras o actitudes que lastiman a nuestros pequeños.
Las palabras pueden ser el detonante de muchos problemas como baja autoestima, dificultad para relacionarse con los demás, malas calificaciones en el colegio e incluso mojar la cama. Te invitamos a continuar leyendo para conocer más sobre el tema.
Es probable que cuando leas esto no te sientas identificado, ya que como padres, jamás pensaríamos en dañar a nuestros pequeños. Pero si haces una pausa, seguramente puedes recordar algún momento en el que perdiste la calma y levantaste un poco la voz, quizá usaste palabras hirientes o incluso ignoraste algunas necesidades emocionales de tu hijo.
Son precisamente estas actitudes, y otras más que podrías no sospechar, las que pueden tener efectos negativos en los hijos, por lo que es importante que tomes consciencia sobre dos cosas:
Estos dos aspectos pueden hacer la diferencia entre un niño sano y seguro, y un niño al que le fue arrebatada su capacidad de confiar en él mismo.
Algunas frases pueden dañar profundamente la imagen de un niño, y más allá de reflexionar el porqué de ciertas cosas e inculcar la libertad responsable, les estamos enseñando a jamás cuestionar las situaciones que se presentan en su vida. Algunos ejemplos de esto pueden ser:
La confianza se basa en la reciprocidad, por lo que si una de las partes incumple, se pierde el lazo.
Respetar el tiempo y espacio de tu hijo es de vital importancia, demuéstrale que confías en él y evita querer controlar todo lo que él o ella hace.
Cuando los padres tal vez hemos dejado pasar por alto una situación que realmente afecta, e incluso daña a nuestros hijos:
No poner límites y hacer llamadas de atención sobre estas actitudes traerá muchos efectos negativos en el carácter de nuestros hijos.
La confianza en uno mismo se deriva de una sensación de sentirnos competentes, por lo que debemos permitir que nuestros hijos realicen actividad y tareas, sin nuestra ayuda.
Tareas como vestirse solos desde pequeños, ordenar las habitaciones, encargarse de su higiene personal y que incluso aprender a cocinar cosas sencillas cuando tengan la edad adecuada, son algunos ejemplos de cosas que debemos permitir que nuestros hijos realices.
Los niños deben realizar sus tareas y fallar en ellas, ya que esto los ayudará a madurar y desarrollarse de manera correcta.
Es muy fácil herir el autoestima de nuestros hijos cuando no tenemos en cuenta los sentimientos que ellos pueden tener hacia ciertas situaciones. Esta es una de las actitudes con mayor repercusiones negativas en nuestros hijos.
Siempre debes tomar en cuenta todo lo que tus hijos te cuentan en confianza, esto les dará la seguridad que necesitan para siempre decir lo que piensan y convertirse en personas exitosas en un futuro.
Las vidas modernas, llenas de compromisos y estrés, son el principal motivo por el que no prestamos la suficiente atención a nuestros hijos y sus necesidades. Debemos evitar a toda costa ignorar las conversaciones y las necesidades de afecto y tiempo de calidad con nuestros niños.
Recuerda que tú eres la persona que más peso tiene en su desarrollo y tu hijo debe saber que siempre puede contar contigo, sin importar que tan ocupado te encuentres.
Como puedes ver, existen infinidad de actitudes y acciones que, sin saberlo, pueden estar teniendo efectos negativos en nuestros hijos. Te invitamos a reflexionar sobre cómo enfrentas los retos familiares y cómo puedes mejorar las actitudes y acciones para educar niños, adolescentes y adultos libres y responsables.