Son muchos los padres de adolescentes que sienten que existe una brecha cada vez más grande de comunicación con sus hijos adolescentes, que por más que intentan acercarse, casi siempre se topan con respuestas cortas que no dan para seguir una conversación normal impidiendo que se conecten realmente con ellos.
Durante los años de la adolescencia, la comunicación entre padres e hijos se hace más difícil, incluso en aquellas familias en las que existía una buena relación durante la infancia. Esta dificultad en la comunicación es debido a la aparición de una serie de barreras de las que son responsables tanto los padres como los hijos.