La historia de la humanidad hasta antes de la aparición de la escritura fue contada a través de pinturas. A través de estas, el ser humano plasmaba sus miedos, sus necesidades y sus deseos.
Así como las pinturas rupestres nos han permitido conocer a nuestros antepasados, el dibujo realizado por un niño nos permite conocer cómo está viviendo su desarrollo pues en él vierte su mundo interior.