Una de las cosas más bonitas de la navidad es que tiene significados distintos para diferentes personas:
- Para algunos esta temporada representa un momento para pasar tiempo en familia.
- Para otros es un momento en el que se debe compartir con los que menos tienen.
- Algunos más celebran el nacimiento de Jesús, la llegada del hijo de Dios a la tierra.
Pero cuando eres niño la navidad representa la ilusión de saber que en nochebuena, Santa Claus visitará tu hogar y la mañana siguiente despertás para poder disfrutar de los regalos que dejó bajo tu árbol de navidad. Pero ¿qué ocurre cuando nuestros hijos no tan pequeños, crecen y comienzan a preguntarse sobre la verdadera existencia de aquel viejito bonachón y barbudo?
Si bien es cierto que el Santa Claus moderno es producto de una invención, también es verdad que esta figura simboliza valores de gran importancia en una familia. Por esta razón, contarle a tu hijo sobre la “no existencia de Papá Noel” no debería representar un problema y a continuación te decimos por qué.
Breve historia de San Nicolás, el nuevo Santa Claus
San Nicolás sí existió, lo que ocurre es que a través del tiempo, su historia se fue modificando hasta convertirse en ese personaje que vive en el polo norte, que tiene por ayudantes a unos simpáticos duendes y que viaja sobre un trineo arrastrado por renos.
Cuenta la historia que San Nicolás inspiró la figura del que hoy conocemos como Papá Noel o Santa Claus. Nicolás fue un obispo griego que nació en torno al 280 d.C y fue obispo de Mira, ciudad romana al sur de Asia Menor, actualmente Turquía. El dedicó gran parte de sus obras a ayudar a los niños y a los pobres, la tradición de su culto se extendió por algunas ciudades de Europa hasta que fue llevada a América por protestantes holandeses.
Su historia, según Gerry Bowler, historiador y autor del libro Santa Claus: A Biography, cuenta que fue nombrado patrono de los niños al salvaguardar la honra de 3 niñas, quienes iban a ser obligadas a alquilar su cuerpo debido a la extrema pobreza en la que se encontraba su padre. Cuando San Nicolás se enteró de esto, decidió tirar durante tres noches, tres bolsas con oro de manera anónima hacia el patio del desesperado padre, logrando de esta manera que se evitara tal desgracia.
San Nicolás falleció el 6 de diciembre del año 345 y es debido a esta razón y su proximidad a la navidad, que se concibió como la figura ideal para repartir regalos a los niños en navidad.
Con el tiempo, los emigrantes holandeses llevaron esta figura y tradición a Estados Unidos, donde diversos poetas y escritores transformaron la navidad en una fiesta familiar, recuperando de esta manera la leyenda de San Nicolás.
¿Qué hacer cuando tu hijo comience a preguntar sobre la existencia de Santa Claus?
- Puedes decir que sí existió y que es recordado al unir a la familia en una fecha tan especial como la navidad. Su misión es regalar ilusión y alegría a los niños. La Navidad nos recuerda el nacimiento de Jesús quien nos enseña a compartir y nos da el ejemplo de amor desde su humilde origen.
- Puedes hablar sobre la esencia de este personaje, la cual radica en fomentar valores en la familia, tales como: Dar sin esperar a cambio, unión familiar y hacer una pausa en nuestras vidas para agradecer a los que nos aman y amamos a su vez.
Muchos de nosotros regalamos cosas materiales por cuestión de tiempo y practicidad, pero también existe la opción de hacer algo con nuestras manos, escribir una carta o incluso dar regalos a niños necesitados.
- Cada familia celebra ciertas tradiciones. Es bueno ser tolerantes en este aspecto y también es bueno explicarle a nuestros hijos que es posible conocer a otros niños que pueden no creer en Santa Claus, ya que sus familias tienen un significado distinto de la navidad.
- Encuentra el momento adecuado para hablar con tu hijo al respecto de esta situación, si no lo haces, siempre habrá otros medios para enterarse y quizá no de la manera en que te hubiera gustado que lo supiera, ¿quién no fue sorprendido por algún primo o compañero diciéndole que no existía dicho personaje?
Esperamos que estos consejos te sean de gran utilidad. Recordemos que la empatía nos ayuda a hablar desde los zapatos del otro, y es ahí, donde aprendemos a comunicarnos mejor. Al final, siempre es bueno preguntarse: ¿Cómo me hubiera gustado a mí enterarme de esto? De esta manera, podrás encontrar una manera ideal para hablar sinceramente con tu pequeño.