Puede ocurrir que un día nuestro hijo llegue hablándonos de un compañero de salón que se comporta diferente a otros niños. Puede contarnos que este niño no habla con nadie, o que sólo lo hace consigo mismo y se irrita fácilmente, que repite cosas que escuchó en la televisión, hace ruidos, interrumpe la clase y que en ocasiones cuando se irrita demasiado puede agredir a otros, o incluso, a sí mismo.
Estamos por entrar en una de las épocas más bellas del año en lo que a tradiciones mexicanas se refiere, sin embargo, la mayor parte de los mexicanos, especialmente los que somos padres, nos debatimos entre permitir o prohibir que nuestros niños y jóvenes celebren Halloween: una fiesta que cada año es esperada por más personas en México, España y otros países de América Latina.
Seamos honestos, ¿quién no se toma una copita de vez en cuando? Ya sea para celebrar algún acontecimiento positivo, para convivir con la familia y con los amigos durante los fines de semana o para relajarnos después de una ardua jornada laboral. Lo cierto es que a la mayoría de nosotros se nos ha antojado una cerveza o una copa de vino.
Encontrar nuestra vocación, percibir ese “llamado” y seguirlo, es una de las cuestiones más importantes en la vida de cualquier persona y, muchas veces, una de las más difíciles.
“Un padre o un profesor como es debido tienen que ser algo cargantes o no sirven para nada.”
Fernando Savater, Ética para Amador.
Es muy común que cuando tus hijos salen de la secundaría y han conseguido entrar a una preparatoria “relajes” la atención que hasta entonces habías puesto en ellos, asumiendo que el proceso formativo más importante se ha cumplido y que ahora son ellos quienes mágicamente tomarán la responsabilidad de elegir las mejores decisiones para su vida, (puesto que tú ya has vigilado los momentos más importantes de su desarrollo)


