“Un buen padre, como un buen maestro, es el que se hace cada vez menos indispensable para los niños”. Haim G. Ginott
Todo niño requiere de protección, amor y cuidado para tener un buen desarrollo emocional, y es que como padres, deseamos que nuestros pequeños estén exentos de peligros y tristezas.
No obstante, convertir a un hijo en el centro de todas las atenciones no logrará más que impedir su desarrollo, dando como consecuencia adultos inseguros, dependientes, con problemas para entablar relaciones así como poca tolerancia a la frustración.
¿Cómo saber si estoy sobreprotegiendo a mis hijos?
A continuación, te compartiremos una lista de acciones que te ayudarán a identificar si estás sobreprotegiendo a tus hijos, lo importante es responder con sinceridad:
¿Te anticipas a sus demandas?
¿Estás siempre atento a lo que tu hijo requiere incluso antes de solicitar tu ayuda? o ¿tal vez eres de los que decide intervenir para solucionar cualquier problema u obstáculo que se le presente?
Permite que antes de intervenir y dar respuesta a sus demandas o problemas, encuentre por sí mismo la solución.
¿Utilizas alguna de las siguientes frases?
- “Ven, te ayudo”,
- “No te preocupes, yo lo hago”.
- “Yo recojo este desorden, tú ve a jugar”.
- “No puedes hacer esto, eres muy pequeño”.
- “Te vas a lastimar, yo lo hago”.
El empleo recurrente de estas frases refuerza la incapacidad de tu hijo para realizar cualquier actividad. Mejor, cámbialas por frases positivas enfocadas a cumplir metas.
¿Evitas a toda costa que falle?
Si eres de aquellos que tienen que intervenir en las actividades o tareas de tus hijos para decirles cómo hacerlo correctamente, entonces puedes estar cometiendo un error.
Recuerda que tu hijo está aprendido y es completamente normal que falle la primera vez, déjalo intentar cuantas veces sea necesario.
¿Haces todo por ellos?
Evitar que nuestros hijos realicen actividades por sí mismos daña profundamente su autoestima, ya que a largo plazo se construirán la idea de que son incapaces de cumplir satisfactoriamente con una meta.
Es importante que asignes tareas dependiendo de la edad en la que se encuentre tu pequeño: ordenar los juguetes una vez que haya terminado de jugar puede ser un buen inicio.
En el caso de que tu hijo sea adolescente:
¿Qué tanto les solucionamos los problemas? ¿Cubres sus fallas e irresponsabilidades? por ejemplo: mandar justificante médico cuando no asistió a la escuela por paseo, por no haber terminado la tarea, etc.
¿Los has hecho dependientes de ti?
Conforme los hijos crecen, pueden darse casos de algún tipo de dependencia patológica en el que se sabotea el proceso natural hacia la independencia.
Te invitamos a hacer un análisis de tu comportamiento y descubrir si hay ocasiones en los que, de manera inconsciente, has llevado a cabo acciones para mantenerlo siempre cerca
¿Algunas de estas situaciones te resultó conocida?
Si fue así, es importante que hagas consciencia sobre el posible daño que estás causando a tus hijos sin saberlo; sabemos que como padre deseas lo mejor para ellos, a veces quisiéramos mantenerlos en una burbuja, pero también ten en cuenta que la felicidad no reside en tener una vida fácil, sino en tener la entereza para superar los innumerables retos que la vida presenta.
El objetivo de un padre, no sólo radica en criar hijos felices, sino también en formar adultos integrales.