Sabemos que para ti es fundamental comenzar a preparar el terreno para uno de los acontecimientos más importantes en la vida de tu pequeño: el paso del kínder a la primaria. Dicho momento requerirá acciones que lleves a cabo para asegurar que la entrada al nuevo curso suceda sin contratiempos:
- Inscripciones.
- Asistir a juntas informativas.
- Informarte sobre las mejores opciones en cuanto a modelos educativos.
- Cambio de uniformes.
Además tendrás que tomar en cuenta el acompañamiento que tu hijo necesitará de tu parte durante el inicio de esta nueva etapa de su vida, la cual definirá gran parte de su forma de conducirse en la vida.
Cuando el peque se convierte en niño grande
El inicio de la educación básica tiene muchos significados: se dejan atrás las batitas de preescolar, lo horarios en la escuela se extienden y las tardes de ocio en casa se dividen en horas de estudio y horas de juegos.
Debes tomar en cuenta que las primeras semanas, la transición puede generar mucha confusión se instale en la mente de tu hijo, pues esos cambios no han sucedido a nivel psicológico, ya que aunque las circunstancias sean diferentes, su mente sigue siendo la de un niño de preescolar. Y ahí es cuando será muy importante tu apoyo.
Nuevas aventuras, nuevas responsabilidades
El primer año de la primaria será toda una aventura de la que tu hijo será el héroe protagonista y tú serás su mentor y mejor aliado al momento de sortear los nuevos desafíos.
Este nuevo panorama le ofrecerá a tu hijo:
Más libertad y mayores responsabilidades
Pues pasará de un aula en la que antes compartía mesa con otros niños, a un espacio más grande en el que cada estudiante cuenta con su propio pupitre.
Habrán asignaturas estructuradas
Las horas ya no transcurrirán entre juegos y meriendas sino que surgirán asignaturas centradas en desarrollar sus habilidades en lectoescritura, cálculos matemáticos y conocimientos generales.
Cómo ayudar a tu hijo a habituarse a las responsabilidades de la primaria
Te recomendamos utilizar las siguientes estrategias:
- Establece horarios con tiempo para realizar tareas y tiempo para el ocio.
- Involúcrate al momento de elegir sus útiles escolares. De esa manera será más fácil que sea cuidadoso con ellos.
- Antes de comenzar el curso, revisa con él sus textos y materiales para que cuando comiencen las clases se sienta más familiarizado con los nuevos temas.
- Explícale de la manera más sencilla por qué las nuevas normas son importantes. Por ejemplo, por qué ya no comerá en el salón y tendrá que esperar a la hora del recreo para disfrutar su merienda.
- Revisa su libreta de tareas todos los días al llegar a casa después de la jornada escolar (te evitará buscar la famosa cartulina de las diez de la noche).
- Llévalo a conocer su nueva escuela antes del inicio del curso y sí es posible que platique con su futuro profesor ¡qué mejor!
- Ponte en su lugar: explícale que lo que le sucede es muy común y que solo es cuestión de tiempo para que se adapte al nuevo ritmo.
- Mantente cerca, y una vez que el curso ha avanzado sigue atento su desarrollo
Y, finalmente, ten paciencia. Recuerda que nadie nace sabiendo. Esperamos que todos estos consejos te sean de gran utilidad y que ayuden a tu hijo a hacer una mejor transición.